Hablar del papel cultural de la mafia supone inevitablemente hablar de El Padrino, puesto que con el paso de los años, se ha convertido, extrapolándolo al mundo real, en un manual comercial de dirección y gerencia empresarial. Como ya se ha comentado anteriormente, hay mucha literatura que trata el tema desde otro punto de vista más educativo. Toda la película es estrategia pura y dura. Son las estrategias que debe emplear un líder para que su empresa sea eficaz y efectiva. Se trata pues, de un ejemplo de estilos directivos, en los que Don Vito Corleone y su hijo Michael, se valieron de "el fin justifica los medios! para enriquecerse mediante estilos violentos unidos a prácticas empresariales de primera línea.
El haber sido una de las películas más taquilleras de la historia del cine, fue producto sin duda de su guión, basado en la novela de Mario Puzo. Ésta iba más allá de ser una crónica de una situación familiar. Era más que una biografía de un personaje de renombre. Era un fiel reflejo del capitalismo a nivel global que marcó el siglo XX. Aúna la estructura jerárquica de la cosa nostra y el sentimiento capitalista, que siempre viene de la mano de las actividades ilícitas. Ya se sabe, nadie se hace rico siendo honrado.
La mafia encontró en Estados Unidos su perfecto refugio, el lugar donde podría perfeccionarse el germen de lo que un día fue en su lugar de origen, Sicilia. Es aquí donde vio la necesidad de juntarse con actividades legales para pasar más desapercibida, e incluso llegar a declararse como asociación cultural (como ocurrió en su momento con la liga italoamericana) para que estuviera justificada la actividad de ésta en ciertos sectores de la sociedad. La mafia era un bien cultural en cierto modo, y por lo tanto, era buena para la sociedad. El papel de la cosa nostra en la cultura era perfecto y por eso se hacían películas destacando sus virtudes, se escribían novelas lavando su imagen y el arte era su pasatiempo. Los crímenes eran producto de acciones para mejorar la sociedad que tan bien les había acogido.
Don Corleone, jefe de la familia, tenía la dura labor de dirigir y decidir acciones para garantizar y hacer crecer sus negocios. A lo largo de la película se ve la evolución del mismo. Es el sueño americano cumplido en cierto modo. Una persona que llega con una mano delante y otra detrás, huyendo de sus raíces por la persecución a la que está sometido, que lo consigue todo a partir de nada. Pasa de ser el cabecilla de un pequeño grupo de delincuentes (por necesidad), a ser el jefe de la mayor organización criminal de los Estados Unidos, para posteriormente, ser el director de la mayor empresa del nuevo continente, controlando negocios de diferentes sectores como la construcción, aceite, contrabando de alcohol, protección, sindicatos, juegos... Es sin duda una adaptación ideal de un sistema criminal a un sistema capitalista. Un cóctel de experiencias, conquistas, violencia y reglas del mercado capitalista.
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