Tal vez, todos asociemos el término mafia a Italia y Estados Unidos, pero no es así. Mafias hay en todos los lugares del mundo como ya he comentado en entradas anteriores, pero tenemos establecida la asociación Mafia-Italia-EEUU.
Ya he comentado que la mafia suele estar relacionada con "lo prohibido" en cualquier lugar del mundo aunque el cine principalmente haya reflejado casi siempre, únicamente, la asociación anteriormente mencionada. Existen otros casos cinematográficos, como el de la Guerra del Opio, película chino-japonesa de 1998 dirigida por Xie Jin. A grandes rasgos, trata el tráfico de estupefacientes a gran escala, por los empresarios británicos, que actuando al nivel de la mafia, servían de puente para suministrar opio a China procedente de las colonias asiáticas.
En la primavera de 1839, ante el alarmante y desenfrenado abuso del comercio del opio, causante de trágicos estragos en millones de familias de China, el Emperador Daoguang ordena a Liu Xexu que combata rápidamente esta terrible plaga. Los más importantes comerciantes de opio son detenidos y condenados a muerte mientras en Junio de este mismo año, más de 20.000 cajas de opio son confiscadas y quemadas iniciándose de esta manera la primera y más impresionante destrucción de droga de la historia. Los comerciantes ingleses declaran ante el gobierno británico que su mercancía ha sido quemada por orden del Emperador y exigen una satisfacción en lo personal y sobre todo en lo económico. El parlamento británico se reúne urgentemente y, después de 271 votos a favor y 262 en contra, se ordena declarar la guerra a China.
He aquí un claro ejemplo de mafia a gran escala, que como se ha visto, puede desencadenar una guerra de gran repercusión. Casos similares se están dando actualmente en toda América Latina, sobre todo, en la frontera entre México y Estados Unidos.
Pero no es el único caso de mafias fuera de Italia o Estados Unidos. Tanto la literatura como el cine, han tratado este tema, aunque con menos repercusión, como es el caso de Yakuza, dirigida en 1974 por Sydney Pollack y protagonizada por Robert Mitchum; u Honrarás a tu padre, de Gay Talese.